Sustentabilidad en el agro: ¿Qué son los criterios ESG?
Seguramente hayas escuchado hablar de los criterios ESG en el último tiempo. Estas siglas hacen referencia a los factores ambientales, sociales y de gobierno de las organizaciones y están cada vez más en el radar de los inversores. En esta nota nos metemos de lleno en el tema y nos enfocamos en algunas de sus aplicaciones en el sector agropecuario.
¿Qué son los criterios ESG?
La sustentabilidad, entendida como un concepto más amplio, se convirtió en un factor clave para evaluar el atractivo y posibilidades de crecimiento de las empresas. Estas siglas responden a tres palabras en inglés:
La E proviene de Environmental -ambiental en español- y refiere a la relación de las empresas con el medioambiente.
La S, de Social, representa el impacto que la actividad empresarial tiene con las comunidades o su entorno social, tanto interno como externo.
La G, Governance -Gobernanza en español- hace referencia a aspectos del gobierno corporativo y el enfoque que este toma respecto a temas como la transparencia, la cultura empresarial o estrategia fiscal, entre otros.
¿Por qué importan los criterios ESG?
Si bien la idea de ESG estaba presente en lo que se conoce como Inversión Socialmente Responsable (ISR), hoy toma un enfoque mucho más integral.
En los últimos años se ha dado un incremento en el interés de los inversores por el impacto social y ambiental que, en particular desde el año 2020, se ha pronunciado. Sin embargo, la inversión en ESG no surge únicamente de la necesidad de posicionarse ante potenciales inversiones.
Nos encontramos hoy ante una búsqueda de adaptación por parte de las empresas a los nuevos tiempos que corren, en línea con una visión de adoptar estrategias que permita robustecer la solidez de la empresa de manera realmente sostenible.
Por un lado, el medioambiente que las compañías impactan es el mismo en el que deben seguir desarrollando sus actividades. Poder realizar una transición hacia modelos que abonen a la lucha contra el cambio climático pero que también tengan un impacto responsable en la sociedad pasa a ser prioritario.
Por otro lado, gracias a la abundancia de datos que existe en la actualidad, las empresas pueden darle un seguimiento más preciso a estos indicadores clave para aumentar la productividad a la vez que reducir el impacto ambiental.
Las tres siglas dentro de ESG retroalimentan las acciones empresariales y sólo aquellas organizaciones que puedan armonizar su relación con estos tres ejes fundamentales podrán abrirse camino en un -no tan lejano- futuro. El talento que ingresa al mundo laboral también observa de cerca a la hora de elegir dónde desarrollarse profesionalmente.
Sostenibilidad en el agro: ¿cómo medir criterios ESG?
Algunas empresas han comenzado a dar sus primeros pasos en el seguimiento de indicadores ESG en el sector agropecuario. Cada uno de estos ejes es complejo y abarca una gran cantidad de elementos por lo cual su medición no es sencilla.
La obtención de datos es un punto clave para comenzar a realizar un seguimiento de estos indicadores. Sin embargo, igual de importante es entender qué aspectos importa medir y cómo utilizar correctamente esos datos para ello. Un correcto enfoque permitirá conocer mejor los procesos productivos, poder controlarlos más eficientemente y también realizar las mejoras necesarias.
Un buen punto de partida puede ser comenzar a revisar indicadores en estas cinco grandes áreas:
Productividad sustentable
Dentro de este eje, algunos factores a medir pueden ser la erosión del suelo, la deforestación, los rendimientos de los cultivos o el acceso al agua. Con ellos podremos proyectar, por ejemplo, con qué recursos contamos para próximas siembras y qué retorno podremos esperar.
Resiliencia
El cambio climático expone a los cultivos a mayores riesgos ante los climas extremos. Conocer, por ejemplo, el riesgo de inundación al cual se enfrentan las parcelas puede ayudar a generar acciones preventivas que garanticen una cosecha exitosa.
Mitigación del cambio climático
Dos indicadores clave en este aspecto son las emisiones de gases de efecto invernadero y, como contracara, el nivel de secuestro y almacenamiento de carbono en el suelo. Es decir, ¿cuántos gases emitimos con nuestra actividad y cuánto carbono logramos retirar de la atmósfera?
Procesos transparentes
Una tendencia en aumento es la incorporación de políticas de trazabilidad pública de los alimentos como una buena práctica de gobernanza. Al transparentar el recorrido de un producto a través de las distintas etapas del proceso productivo, se responde a la creciente demanda de los consumidores en conocer en mayor profundidad lo que consumen.
Vinculación positiva con las personas
Dentro del aspecto social, se pone cada vez más foco en el impacto que tienen las empresas sobre las personas.
Desde un punto de vista interno, políticas integrales que promuevan la equidad de género, la inclusión y puesta en valor de las diversidades y un balance entre vida y trabajo serán cada vez más observadas.
Desde un punto de vista externo, muchas empresas comienzan a evaluar cómo impactan a las comunidades externas a la organización y a generar acciones promotoras del desarrollo social. Entre ellas se destacan la promoción del trabajo local y la inclusión de sectores vulnerables en alguna etapa del proceso productivo o en actividades formativas.
Estos son sólo algunos ejemplos de mediciones de criterios ESG. Gracias al monitoreo de diversos indicadores clave, las empresas logran mejorar sus prácticas de manera eficiente, alcanzando un desarrollo sustentable en el largo plazo pero comenzando a ver resultados en el corto y mediano plazo.
Si quieres conocer más sobre cómo empezar a aplicar criterios ESG en tu empresa u organización, no dudes en contactarnos por nuestras redes sociales o por este medio.
