INCENDIOS EN EL DELTA DEL PARANÁ
En los últimos meses, los incendios en el Delta e Islas del Paraná, en Argentina, han tenido grandes repercusiones por sus efectos devastadores en la salud de las poblaciones cercanas y en la flora y fauna del lugar. ¿Qué áreas fueron afectadas y por qué es importante la detección de áreas quemadas? En esta nota respondemos a esos interrogantes, usando imágenes satelitales, claro.
El Delta del Paraná abarca unas 243126 ha. en las Provincias de Santa Fe y Entre Ríos y es considerado uno de los más grandes del mundo. En su extensión, gracias al microclima que genera, alberga lagunas, arroyos, pantanos y humedales que, en conjunto, forman un reservorio de biodiversidad y cumplen un papel clave en la regulación climática.
A raíz de los incendios, muchos isleños sufrieron grandes pérdidas materiales, como su vivienda, ganado y diversos elementos sin los cuales continuar con sus actividades económicas se vuelve imposible. El sector agropecuario en particular, se vio altamente afectado.
Las consecuencias de los incendios también alcanzaron a la flora y fauna del lugar de forma directa e indirecta, ya que el hábitat de muchas especies, sus fuentes de alimentación y condiciones necesarias para su supervivencia se vieron fuertemente perjudicadas.
No solamente fueron afectados los habitantes más cercanos a la zona: ciudades como Rosario, en la Provincia de Santa Fe, permanecieron bajo el humo alcanzando niveles de calidad del aire muy por encima de los considerados tolerables para la salud humana. El sistema de salud sintió estos efectos, con un incremento de las consultas de entre el 15% y 25%, en su mayoría por afecciones respiratorias. El humo llegó también a ciudades más alejadas, como es el caso de Buenos Aires.
Medición del área quemada en el Delta del Paraná
Para entender el estado de situación y poder tomar medidas de mitigación es necesario tener una imagen clara de qué áreas fueron afectadas y en qué grado. Para ello, utilizamos las herramientas Satproc y Unetseg para detectar las zonas alcanzadas por el fuego pero también los bancos de agua cercanos.
De acuerdo a nuestro análisis, entre el 29 de agosto y el 4 de septiembre, de un total de 933686.952 ha analizadas -correspondientes al área que comprende y rodea al Delta- se habían quemado unas 108116,8 ha, es decir, casi un 12%. En el mapa se observan tres grandes focos principales.
Para el entrenamiento del modelo de detección, utilizamos una imagen NBR, que se obtiene de calcular el índice normalizado de área quemada. Este índice es muy útil para la detección de afectación en grandes extensiones de tierra y combina la banda infrarroja cercana (NIR) con la banda infrarroja de onda corta (SWIR).
En situaciones normales, la reflectancia de la vegetación sana es muy alta en el NIR y, por el contrario, muy baja en el SWIR. Cuando ocurre un incendio, estos valores se ven alterados, siendo posible no sólo detectar áreas incendiadas sino también evaluar grados de afectación así como de recuperación.
Si bien con las imágenes NBR podemos intuir las zonas quemadas, utilizar el modelo predictivo que ofrece Satproc tiene como ventaja poder incorporar la detección de otro tipo de objetos. En esta ocasión, sumamos la clase “banco de agua”, para, por ejemplo, poder entender la cercanía de estos a las zonas bajo las llamas para su uso en la lucha contra el fuego o bien para evaluar una posible merma en su volumen.
La merma de biodiversidad, el empobrecimiento del suelo y las pérdidas económicas son sólo algunas de las duras consecuencias de los incendios en el Delta del Paraná.
Ante el desastre ambiental, tenemos herramientas para monitorear y contribuir a generar medidas precisas para detener el fuego y poder encarar políticas de recuperación.
Si quieres saber más sobre la detección de áreas quemadas o tienes alguna duda, no dejes de contactarnos por nuestras redes sociales o por este medio.